El proyecto toma como punto de partida la rehabilitación de una modesta bodega familiar construida en los años 30 que buscaba preservar su esencia histórica, a la vez que adaptarla a las necesidades de habitabilidad y confort de una vivienda contemporánea.

El desafío consistía en poder conjugar el respeto por la identidad original del espacio con la introducción de elementos que lo hagan funcional y acogedor para una vida moderna. Mediante la creación de un nuevo patio exterior, inexistente en la estructura original, el diseño aporta mayor luminosidad y ventilación natural a los espacios interiores. La introducción de una escalera curva de recorrido suave y ergonómico facilita la circulación  entre los diferentes niveles de la casa, conectando la planta principal de la vivienda con la planta inferior, originalmente destinada a los antiguos trullos y depósitos de la bodega.

Gracias a una transición orgánica entre los antiguos depósitos y trullos, la propuesta fomenta la generación de espacios habitables y conectados de forma natural, creando nuevas dependencias funcionales pero acogedoras que resignifican los ambientes donde antes solo se almacenaban vinos y uvas y preservan la memoria histórica del lugar.