En 1924 se inauguró el edificio sede de esta “madre de sociedades” fundada en 1868 con espíritu integrador y fuerza tal que fue germen de otras colectividades entre 1878 y 1885. Proyectada por el arquitecto Luis Lucena, y construida por Oreste Peruzzo, constituye un testimonio significativo del mutualismo de inmigrantes en Tucumán y de la persistencia del lenguaje académico en la arquitectura institucional de principios del siglo XX.
En la fachada se distingue un cuerpo sobriamente sobresaliente que refuerza la centralidad axial y el riguroso orden simétrico, sobre un fondo con revoque imitación de la piedra París. Los motivos ornamentales -cartelas, guirnaldas, medallones y ménsulas-  y el tratamiento del hierro forjado en los balcones y el portal aluden al típico repertorio Beaux-Arts, con capacidad evocativa y significación de distinción social.
Coronando el conjunto se dispone un notable grupo escultórico alegórico, atribuido a los escultores Perinotti y Colotti. que representa los ideales del mutualismo. Dos figuras sedentes -una femenina y una masculina- sostienen un escudo con el monograma de la institución. La figura femenina, revestida con túnica clásica, personifica la Caridad y la Solidaridad, mientras que la masculina, de actitud activa y con herramienta en mano, alude al Trabajo. Juntas sintetizan el principio de cooperación entre esfuerzo individual y auxilio colectivo, fundamento moral de las sociedades de socorros mutuos.
El coronamiento arquitectónico, traduce en clave académica los valores civilizadores y filantrópicos que acompañaron la organización social de los inmigrantes, reafirmando su pertenencia al ideario de progreso y bienestar común que caracterizó a la modernidad argentina de comienzos del siglo XX.