Emplazado en el barrio de Recoleta, una de las zonas históricas más turísticas de Buenos Aires, Seibo se reversiona como una cantina donde la comida criolla argentina se transforma en una experiencia completa para los que eligen un estilo de vida a base de plantas.

La idea central que sirvió de partida del proyecto surge del deseo de los clientes de avocar un “retorno a lo esencial, a la naturaleza”. Esto se refleja tanto en el criterio de elección como en el tratamiento crudo y honesto de los materiales, respetando su estado, textura, color. Un medio para llevar esto a cabo fue una
premisa clave que reconocimos como “las 3 R”: reparar, reutilizar, renovar.

El restaurante se divide en tres niveles, cada uno con un carácter diferente. En planta baja, el salón es un espacio más íntimo y apacible. La combinación de terminaciones rústicas con colores neutros y una diversidad de plantas, hacen de éste un sector ideal para compartir momentos en familia o con amigos. Luego el entrepiso, el cual alberga la cocina, dividida en sectores de producción y preparación, ambos abiertos a la vista del público, con sectores para comensales.