En el apacible enclave de Sant Lluis de Sa Rota, dentro del municipio de Santa Eulària d’es Riu en la isla de Ibiza, se alza esta vivienda unifamiliar, su diseño responde a la necesidad de conciliar la sofisticación y el confort propios de un proyecto de alta gama con la identidad mediterránea del entorno. Ubicada sobre una parcela de 2.240 m², la construcción se despliega a través de volúmenes limpios, líneas rectilíneas y texturas que cautivan la vista.

La historia de éste proyecto nace con la demolición parcial de una vivienda anterior, cuyos vestigios se aprovecharon estratégicamente para ajustarse a los límites de retranqueo fijados por la normativa, al tiempo que se optimizaba la ocupación de la parcela. Este punto de partida dio lugar a una composición en “L” que articula el programa residencial en torno a un gran patio central. Más allá de su sentido funcional, esta disposición proyecta un concepto estético y espacial donde la vivienda dialoga con la naturaleza, potenciando la circulación de la luz y del aire a lo largo de las estancias.

En la planta sótano, concebida ex novo, se ubican amplias zonas de estacionamiento para vehículos y embarcaciones ligeras, además de las salas técnicas, depósitos de recogida de agua de lluvia y espacios polivalentes, incluyendo una vinoteca cuidadosamente diseñada para mantener la temperatura y humedad idóneas. Este nivel inferior resume la apuesta tecnológica de Iván Torres Arquitectos, quienes integran de forma coherente sistemas avanzados sin alterar la armonía ni la estética del conjunto.

El uso de hormigón armado, metal y vidrio refleja la esencia contemporánea del proyecto. Sobre una base de hormigón, la estructura metálica sostiene grandes superficies acristaladas que abren la casa al paisaje. El contraste entre los perfiles oscuros y los planos blancos acentúa la geometría nítida del edificio, reforzando su carácter escultural sin restar protagonismo a la vegetación ibicenca que lo rodea. La sutil disposición de las pérgolas metálicas, a diferentes alturas, imprime un ritmo de luces y sombras que se prolonga a lo largo del día, enriqueciendo la experiencia sensorial de quien habita o visita la vivienda.

Para ensalzar la frescura y el dinamismo del lugar, se han dispuesto tres láminas de agua: un estanque- espejo a la entrada, un pequeño estanque destinado a peces Koi junto al vestíbulo y un canal longitudinal de acero que recorre uno de los laterales del patio central. Estas superficies reflejan el cielo, la arquitectura y la vegetación, creando postales cambiantes que hipnotizan por su juego de luces y destellos. En este planteamiento, el agua no solo cumple un papel estético y simbólico, sino que también contribuye a suavizar el clima, refrescando la atmósfera en los meses más cálidos y aliviando la sensación térmica.

Uno de los puntos focales es la piscina desbordante, situada ligeramente por debajo de la cota de la planta baja. Su diseño al filo del horizonte se integra con las vistas y se fusiona con la vegetación del entorno, ofreciendo un efecto de continuidad que evoca la serenidad de un paisaje natural. Rodeada de un área de descanso con olivos monumentales, la zona de pool house y la barbacoa constituyen un espacio de disfrute exterior inigualable, idóneo para eventos familiares o momentos de relax en cualquier época del año.

Al internarse en la vivienda, se descubre un interior con distribución abierta y fluida: el gran espacio común que integra cocina, comedor y salón se abre por completo al patio gracias a amplios ventanales correderos, invitando a que la vida social transcurra con libertad y a que la naturaleza entre a formar parte de la casa. Las habitaciones, en cambio, se repliegan hacia zonas más íntimas, garantizando la privacidad y el descanso. En la planta superior, la master suite se asoma a generosas terrazas habitables donde el horizonte se convierte en el telón de fondo perfecto para empezar o terminar el día con el sonido de la brisa isleña.