Esta vivienda ubicada en el barrio cerrado Everlinks en Lujan, Buenos Aires, Argentina se implanta en un lote de 2000 metros cuadrados.  

La vivienda proyectada debía contemplar dos áreas claramente delimitadas, una privada en la cual se desarrollaría el programa de dormitorios y áreas de trabajo, y una pública, destinada a la activa vida social de sus propietarios. 

Otro requerimiento que potenció la propuesta proyectual fue el de generar una relación directa con el exterior, con la vegetación y el entorno.

El clima de la zona determinó en gran medida la selección de los materiales a emplear. Un clima caracterizado por amplitudes térmicas altas, lluvias fuertes, humedad, fríos intensos y calores prolongados; determinaron resolver una vivienda con pocos materiales que pudieran resistir y envejecer correctamente.  

Se eligieron materiales económicos y disponibles en la zona como el hormigón y el ladrillo común  que se utilizaron tanto como materiales constructivos como de terminación, mejorando el funcionamiento térmico de la vivienda y otorgándole carácter estético. 

Estas premisas dieron lugar a un planteo estructurado por la idea de una Arquitectura animada por la vegetación, el “Oasis”. 

Lugar y artefacto metabólico que además de cultivar especies de plantas e insectos varios, aísla y penetra el espacio interior habitado, condicionando positivamente el descanso y la vida. Existe una doble condición opuesta que caracteriza al oasis: por un lado ser un recinto acotado que se incrusta en la trama y por otro ser trama y recinto en la vasta extensión territorial. 

El oasis tiene un evidente sentido arquitectónico, definido por la protección del hábitat que busca generar. Para esta búsqueda su arquitectura se genera mediante patios, galerías, pérgolas, espacios de agua y fuegos. Convierte un espacio habitable en un microclima especial que es fruto de mirar proyectual y constructivamente hacia dentro.