Clásico e innovador, incorporando líneas rectas y curvas, claros y colores, resulta el departamento ubicado en las dos últimas plantas de un edificio con vistas a las Barrancas de Belgrano y al Río de la Plata. 

Los propietarios, un matrimonio joven amantes de la música, quisieron participar en la intervención del living, comedor, escritorio y quincho, junto al estudio. 

Los muros blancos, pisos de madera, sillones y cortinas en tonos claros actuaron como contrapunto de una propuesta que se originó a partir de un cuadro y un par de sillas que pertenecían a la familia.
La obra de arte del comedor, en la que predomina el colorado, definió los tonos de la alfombra en lana patagónica; el azul marino de los asientos del living inspiró la carpeta de líneas orgánicas.

El recorrido cromático culmina en el escritorio con la mesa en azul Francia y la lámpara en terracota que remite, a su vez, al comedor, así integrando las tonalidades de ambos espacios.

Distintas piezas completaron el proyecto: para el living, se diseñó por parte del estudio un cuadro escultura en madera de nogal y se propuso un nudo en cromo metálico sobre mesa ratona; para el comedor la lámpara globo transparente y el jarrón de plata.
Sobre el escritorio laqueado en azul Francia, se apoya una lámpara en color terracota, y además este es acompañado de una gran alfombra plato. Los estantes fueron realizados en mármol travertino.

Por último, de estilo tradicional, el quincho del piso 26 está equipado con sillones del mismo tono de la pared, sillas con esterilla natural, lámpara lineal sobre la mesa y cortinas de gasa de algodón. 
La terraza de 150 metros tiene parrilla, pileta, sauna y vistas al Río de la Plata.