El proyecto consistió en el diseño interior e integral de un centro de estética y dermatología. El mismo incluyó: recepción, consultorios, salas de espera y espacios de servicio.  
El desafío estuvo en buscar una imagen que genere pulcritud y simpleza, sin perder la elegancia. 
El orden, la limpieza, los pequeños detalles ornamentales y la iluminación fueron claves en el diseño. Algunos artefactos de luz se trajeron directamente desde Miami.
Se eligió una paleta de colores neutros donde predominan los beige, el blanco y los tonos grisáceos, incorporandose a los mismos acentos metálicos dorados. El piso aportó el contraste necesario otorgando calidez al espacio, resuelto en un flotante símil madera.
Se eligieron materiales nobles de fácil limpieza, colocación y mantenimiento optando por revestimientos en melamina y wpc.
Desde la distribución del mobiliario diseñado exclusivamente, hasta el uso de elementos decorativos como espejos y plantas; fueron pensados para satisfacer las necesidades planteadas, ofrecer comodidad y confort tanto para el profesional y personal de servicio de la clínica como para los clientes.