


La transición que construye: el impacto de la salida del cepo y la nueva flotación en el mercado inmobiliario argentino
Abril 2025
Argentina se encuentra inmersa en una promesa de transformación estructural que de alguna manera generaba expectativas muy positivas en todos los sectores productivos, sobre todos en los amplificadores de ciclo económico como la construcción. La salida del cepo y la adopción de un régimen de flotación con bandas móviles vienen de alguna manera a reforzar estas expectativas en un momento crucial, donde el esquema previo mostraba mucha fragilidad y signos de debilitamiento, y con ellas la confianza en el repunte. Pero, ¿qué significa realmente este cambio para el mercado y cómo puede impactarlo en el próximo año?
La estabilidad es la gran protagonista de este cambio. Durante años, la economía argentina sufrió pérdidas sistemáticas de reservas y una depreciación constante de la moneda, lo que obligó a implementar restricciones cambiarias severas. Claro que tampoco funcionaban porque más que barrera a la salida de capitales funcionaba como una a la entrada de los mismo. Hoy, con la flexibilización del 80% de esos controles, la economía se abre a un panorama más promisorio. Con mayor inversión, mayor crecimiento, se potencian las posibilidades del que sector haga catch up de este salto y lo amplifique. Si bien la coyuntura es importante, como los gobiernos pueden estabilizar la economía y dar reglas de juego claras, flexibilizar el mercado laboral, y también ser consistentes en términos de presión fiscal, es importante que el empresario, desarrollador, inversor, acepte su responsabilidad en el proceso. Hoy vamos a un régimen cambiario de transición, con bandas actualizables, que hay que saber interpretar, operar capital de trabajo bajo el mismo y entender las dinámicas de mercado. Hay implícita a corto plazo un aumento en los costos de financiamiento, lo que exige más al sector desde lo financiero.
SECTOR INMOBILIARIO
En la ciudad de Buenos Aires, el sector inmobiliario ha vivido un repunte espectacular, con un crecimiento de operaciones del 94% interanual en febrero. Este dato no es casual; el mercado ya había descontado en los precios la inminente salida del cepo, anticipando una reactivación que ahora se vislumbra más sólida. Por otro lado, en provincias como Tucumán se registran aumentos muchísimo más moderados. Nuestra consultora realizo estimaciones preliminares en base a consultas particulares, y los resultados muestran que en promedio, 2025 tiene entre un 14 y un 25% más de operaciones cerradas que en 2024. Aunque estos datos se basan en relevamientos informales y promedios sin considerar los componentes estacionales, sirven como buen proxy de la tendencia subyacente.
Las condiciones crediticias siguen siendo restrictivas, lo que plantea un reto adicional. Los créditos hipotecarios, vistos como un motor del sector, a pesar de la suba, no son significativas y flaquean desde la flexibilidad. Esta limitación, sumada al impacto del nuevo régimen de bandas –el cual, pese a generar estabilidad, podría provocar un rebrote inflacionario al encarecer el dólar oficial– implica que el crecimiento del sector dependerá en gran medida de un equilibrio preciso entre la apertura monetaria y la política crediticia.
Argentina se encuentra inmersa en una promesa de transformación estructural que de alguna manera generaba expectativas muy positivas en todos los sectores productivos, sobre todos en los amplificadores de ciclo económico como la construcción.
Pizavil
TRUMP
El contexto internacional tampoco está exento de matices. En un escenario global en el que las medidas proteccionistas, como los aranceles recíprocos impuestos por el entorno trumpista, elevan la volatilidad y generan ruido en los mercados financieros globales, la transición argentina adquiere un cariz aún más desafiante. La incertidumbre global podría influir en los flujos de capital, haciendo que la estabilidad y la transparencia del mercado sean factores aún más valorados y, en definitiva, esenciales para atraer inversión extranjera.
De cara al próximo año, el mercado inmobiliario debería capitalizar estas transformaciones, apostando a que la estabilidad macroeconómica proporcionará un ambiente propicio para la inversión y la recuperación sostenida.